
- Favorecer el crecimiento que en este periodo es muy rápido y necesita de materiales "nobles" para conseguirlo (proteínas de alto valor biológico, calcio, vitaminas).
- Conseguir que tengan mayores oportunidades de salud gracias a una dieta bien equilibrada.
- Valorar los factores efectivos que van ligados al hecho de la alimentación y que inciden claramente sobre las preferencias y aversiones alimentarías de los niños/as.
Por ello para cubrir estos objetivos, la alimentación del niño/a en edad escolar debe por lo tanto:
- Cubrir sus necesidades energéticas y formadoras de tejidos para que su crecimiento y desarrollo sean normales.
- Evitar carencias y desequilibrios entre los distintos nutrientes.
- Contribuir aprevenir una serie de enfermedades del adulto, que tienen en la dieta un factor de riesgo y que bien han podido comenzar ya en la infancia.

Por consiguiente, la influencia de las familias y la implicación de los centros educativos juegan un importante papel tanto para conseguir cambios favorables, como para mantenerlos. Además, la comunidad (servicios de salud, profesionales, industria, y otros servicios), debe reforzar los mensajes positivos.
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